Como ya he dicho, el viernes 9 fuí a un concierto. No debería gastar dinero en cosas innecesarias, pero como no me llega el sueldo para cosas necesarias (medicamentos, el alquiler, lo típico) pues caigo en el ocio fácil.
Desde que Espido Freire definió a los mileuristas cómo "El conjunto de españoles de entre 25 y 30 años con formación superior, que desempeñan trabajos por debajo de su capacidad, que vuelcan buena parte de sus expectativas vitales en el ocio, se interesan por la cultura en sus formas más modernas y son pasivos y protestones " el ocio ha experimentado una inflación espectacular.
La memoria humana no es capaz de recordar cuánto valía un cartón de leche en 2005, pero yo tengo pruebas de la inflación del ocio: en 2005 asistí al mismo concierto que este viernes pero valía... ¡¡¡16 Euros menos!!! y la diferencia no se debe a que el grupo haya mejorado enormemente o haya grabado el disco de su vida; la diferencia se debe a que antes la gente tenía (un poco) más dinero para permitirse otras alternativas, ahora sólo nos queda el ocio y ¿qué hacen los tiburones? pues apretarnos por ahí también.
Gracias Espido Freire por dar la clave a los empresarios de cómo hacernos la vida más difícil si cabe.
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