martes, 18 de noviembre de 2008

Honorable

Todavía no me he vuelto completamente ruín. Ayer por la tarde, durante mi trayecto hacia el transporte público que me llevaría a mi feudo transcurrida otra penosa jornada laboral, el transeunte que circulaba delante mío, dejó caer descuidadamente un brillante, nuevecito, maravilloso, hermosísimo, rojizo, perfecto, valiosísimo...

Billete de 10 Euros

En el momento ni lo dudé, me agaché, lo toqué, lo cogí y lo retorné a su dueño. Y me sentí bien!

(...)

14 horas más tarde, sigo pensando que tendría que habérmelo quedado.

Honorable instantáneo, ruín posterior.


No hay comentarios: